LA TAHA DE PITRES
Situado en la parte central de la comarca de la Alpujarra Granadina, por la
carretera A- 4132, entre Pórtugos y el barranco Poqueira. Por su término municipal
discurren los ríos Trevélez, Guadalfeo y Poqueira.
Comprenden
los núcleos de población
de Pitres —capital y sede del ayuntamiento—, Mecina, Ferreirola, Fondales, Capilerilla, Atalbéitar y Mecinilla.
Sus
orígenes se remontan a la época romana, y en él se encuentran numerosos restos arqueológicos
que demuestran su importancia durante período musulmán. Taha
es una palabra de origen hispanoárabe,
que se usaba para designar a una división jurisdiccional y administrativa
de pequeñas comarcas regidas por la misma autoridad, y con una
estructura defensiva para proteger a las poblaciones dependientes. Los
antecedentes se remontan al siglo XIII, pero fue en el siglo XIV cuando esta estructura se afianzó en el Reino de Granada,
aunque sólo en la región de La Alpujarra pervivió el nombre hasta el siglo XVIII.En el siglo XX se recupero el nombre de La
Taha, para designar estos siete pueblos.
La Taha es Reserva
de la Biosfera, y está en el Parque Natural y en el Parque Nacional de
Sierra Nevada. En sus pueblos podemos hallar castaños centenario,
fuentes naturales, ríos, barrancos y unas vistas excepcionales del paisaje
alpujarreño y de la sierra. Pertenece al sitio histórico de la Alpujarra.
PITRES
Junto al pueblo discurre el río Bermejo salpicado de cascadas
(chorreones), molinos y fuentes de agua ferruginosa. Un entorno privilegiado
para disfrutar de un tiempo de relajación.
Iglesia Parroquial de San Roque o del
Cristo de la Expiración, se
construyó en 1530. Durante la guerra de las Alpujarras fue quemada por los
moriscos, aunque reparada posteriormente. Ya en el siglo XX fue saqueada
durante la Guerra Civil y derruida casi en su totalidad. Más tarde fue
reconstruida
Es el núcleo más alto del municipio. Desde su privilegiada
situación (más de 1.400 m.) ofrece unas vistas excepcionales de toda La Taha. Arquitectura
característica de la alpujarra: tinaos,
pasadizos,
fuentes, lavadero, piedra y launa, son algunos de sus encantos.
Destaca la ermita de San Francisco de Paula.
Mecina es el núcleo principal del antiguo municipio de Mecina
Fondales, que estaba compuesto por tres pequeños pueblos: Mecina, Mecinilla y
Fondales. Es el segundo pueblo en extensión y población del municipio de La
Taha. Mecina, igual que el pequeño
Mecinilla, y Fondales, conservan un grado de autenticidad arquitectónica muy
grande. Sus esquinas redondeadas, las casas sin tejado, los callejones, las
galerías o pasadizos como adarves, los típicos tinaos, son algunos de los
muchos detalles que se pueden ver en sus rincones. Destaca la iglesia de San
Marcos y San Cayetano del siglo XVI.
MECINILLA
Barrio muy cercano a Mecina, pero con carácter independiente. Aparece en la Edad Moderna como una agrupación de quince o veinte casas entre las que destacan las residencias de las familias más acomodadas.
Hoy apenas quedan dos o tres familias viviendo en el pueblo, pero una visita por este pueblecito, puede darnos las claves de la arquitectura alpujarreña.
FONDALES
Es el pueblo que está más
en lo "hondo" (de ahí su nombre). Su arquitectura apenas ha sufrido
cambios, lo que lo convierte en uno de los más puros. En él hay infinidad de
tinaos o porches tradicionales y una pureza de rasgos que le hacen ser uno de
los más visitados, pese a no estar cerca de la carretera principal.
Sus
calles tortuosas, en cuesta, a veces estrechas, recuerdan otros tiempos y otras
épocas. Conserva una pequeña ermita de la Virgen del Rosario del siglo XIX
Emplazamiento
entre barrancos; de lejos sólo la torre de su iglesia nos advierte de su
presencia. Pero una vez dentro descubrimos un pueblo grande, con una estructura
urbana muy notable y muchos encantos que nos aparecen a cada esquina: un
lavadero con una fuente. Hay un tinao de trescientos años
Destaca
la iglesia de Santa Cruz del siglo XVI-XVII
Es un pueblo muy pequeño pero conserva todos los
elementos del pueblo Alpujarreño. Además de la fuente que preside
la plaza principal, cuenta con acequias que corren por algunas de las calles
del pueblo, un abrevadero para los animales y un pequeño lavadero a la salida
del pueblo. Destaca la iglesia del siglo XVII de la Virgen de Gracia
Son
pueblos pequeños que conservan la tradición de antaño y todo su encanto y su
gente muy amable